Podemos pensar que la amenaza se encuentra fuera, en las miles de formas que ésta pueda tomar. Sea a través de un poder opresor, de unos límites de movilidad, de un virus amenazante o de unas corporaciones que anteponen la codicia frente a la salud.
No importa. La única amenaza se encuentra en nuestra mente y es el miedo. Creer que lo externo puede controlarnos es creer en el miedo.
Sentirse Controlado Por El Miedo
En situaciones donde percibimos la limitación, la restricción, la falta de aparente libertad podemos creer que el origen de esa sensación viene de la circunstancia.
En realidad, el miedo está en nuestra mente, en cómo estamos interpretando este acontecimiento de restricción externa, donde parece que hay una amenaza real, en forma de virus, en forma de contagio, en forma de restricciones institucionales o de cualquier otra menaera que podamos percibir.
En todas las situaciones estamos percibiendo lo mismo. Y es que estamos viendo una amenaza externa, algo que me impide poder estar en paz ahora.
Cuando aparece el miedo es porque creo que la situación me puede controlar, puede limitar mi libertad o puede amenazar mi existencia.
Y es tremendamente importante que podamos mirar esto porque la situación donde percibo el miedo me está dando la oportunidad de poder liberarme. Me está dando la oportunidad de descubrir la profunda libertad que ese instante contiene.
Ver La Amenaza Afuera Es No Hacerme Cargo De Lo Que Surge Dentro De Mí
Toda mi conciencia está puesta en lo externo en lo que ocurre y me estoy desatendiendo, no me estoy haciendo responsable de lo que ahora experimento porque lo que busco es huir antes de poder mirar la naturaleza de este pensamiento que me genera miedo.
Quiero es salir de ese pensamiento, no lo quiero mirar. Quiero que la situación cambie para no verlo pero únicamente lo que estoy haciendo es perpetuar ya que lo estoy volviendo a esconder en mi inconsciente.
Cuando soy consciente de toda la libertad que tengo es imposible que perciba el miedo y cuando no percibo el miedo es imposible que pueda sentirme dominado por cualquier circunstancia, por cualquier persona o por cualquier la organización.